En el número del mes de abril de la revista PcPlus viene un interesante artículo dedicado a la comercialización de software. Abarca algunos aspectos referidos a esta actividad como el registro de la propiedad intelectual de la obra, canales de comercialización, originalidad del software, etc. Sin embargo el artículo se queda corto para alguien que realmente quiera dedicarse a comercializar su propio software bajo la modalidad de shareware.
Por shareware entiendo un determinado tipo de software que tiene unas características muy concretas:
- el software ha sido desarrollado originalmente por su autor para su uso personal
- es el propio desarrollador quien ofrece y comercializa este software
- existen versiones de evaluación para que el potencial usuario pueda probar el programa y decidir si es lo que busca
- la versión completa del programa se puede registrar por un bajo precio, normalmente entre 20 y 50 €
El shareware ha contagiado de algunas de sus características a otros tipos de software. Actualmente casi todos los programas del mercado ofrecen versiones de evaluación y muchos programas comerciales han bajado los precios ante la competencia de aplicaciones shareware, sin embargo no son – desde mi punto de vista – aplicaciones shareware.
La comercialización de shareware obliga al desarrollador a enfrentarse con temas que antes nunca habia considerado. Partiendo de que ya contamos con un programa terminado y registrado, veamos cual es el camino a seguir.
En primer lugar se debe realizar la documentación adecuada del programa, aspecto que no suele agradar mucho a los programadores. Una buena documentación en formato electrónico es imprescindible, si bien una gran parte de usuarios jamás la leerá y preferirá preguntar directamente al autor cualquier duda que tenga sobre el mismo.
La promoción del programa se debe intentar por todos los medios al alcance del desarrollador. Una posibilidad es enviar el programa a todas las revistas conocidas con la esperanza de que publiquen una referencia o una versión de evaluación sobre la misma. Aquí la suerte es dispar, mientras que hay revistas que tienen buena disposición a la publicación de shareware hay otras en que es practicamente imposible conseguirlo. El siguiente paso suele ser contactar con empresas editoras de software, pero es muy difícil entrar en ese mercado. Si el programa no es muy bueno lo rechazarán sin tan siquiera contestar y si es bueno habrá que entrar a negociar la venta. Esta negociación será muy dura pues las empresas editoras querrán normalmente cerrar un precio para hacerse con los derechos del programa.
Dejo para el final la obligatoria creación de la página web del programa. El desarrollador tendrá que enfrentarse a elegir su nombre de dominio, diseñar su página web, contratar alojamiento, ofrecer multiples modalidades de pago y promocionar su web en los portales dedicados a shareware compitiendo con software comercial.
En la mayoría de casos que conozco de desarrolladores de shareware, toda esta actividad la realiza una única persona y ahi es donde radica el problema. La mayoría de programadores son buenos o muy buenos programando, pero no son capaces de recorrer todo el camino para llegar a comercializar su software. El bajo precio del shareware hace que unicamente se obtengan beneficios si el volumen de ventas es grande, cosa que por otra parte es muy dificil que llegue a suceder.
Una vez hecho todo esto es cuando realmente comienzan los dolores de cabeza: correos preguntando lo que está en la documentación, preguntando lo que vale el programa o como pagarlo, errores que les surgen a potenciales usuarios,… Este es el momento en hay que trabajar y ganarse a cada usuario en cada correo y en cada llamada. Y sobre todo no desfallecer y mandarlo todo a paseo.
He dejado al margen los temas laborales y fiscales de la actividad económica, pero al inicio de la actividad hace falta darse de alta en la seguridad social, registro de actividad económica, IVA,…
En el artículo que mencionaba al principio se alude a la escasez de buen software en castellano. Creo que después de lo expuesto es más facil de entender.
Cuando dices: «Este es el momento en hay que trabajar y ganarse a cada usuario en cada correo y en cada llamada. Y sobre todo no desfallecer y mandarlo todo a paseo.» supongo que la clave está en automatizar – en lo posible – las tareas de contacto y soporte ( quizá con software especifico o una buena organización… etc ), porque si el shareware alcanza una gran difusión el trabajo de soporte puede llegar a ser – para una sola persona, que además tiene que programar – agotador. No tengo experiencia con shareware, pero lo he comprobado cuando he intentado comercializar sitios web que ofrecen servicios… el trabajo de soporte es exponencial y aplasta al más pintado.
Llevas toda la razón en decir que se tiene que automatizar en la medida de lo posible el trabajo de soporte y atención al usuario, pero el problema es que los correos suelen ser todos distintos preguntando cosas de lo más variopinto, y tienes que contestar a todos.