Este post hace mucho que lo llevo en la cabeza, justo despues de mi participación en una mesa redonda de las Jornadas sobre libertad en la red donde compartí tarima con el Sr. Cortell. La personalidad de este señor es apabullante, tiene una enciclopedia encima de la cabeza con la que abruma con datos, cifras y hechos. El caso es que yo fui a esta mesa redonda de novatillo y comencé el turno de palabra diciendo que yo era un micro-isv, que me dedicaba a vender software y que quería vivir de mi trabajo. La respuesta de este señor fue de patada con los tacos por delante con doble factura de tibia y peroné. Los argumentos, pues los que dice cada vez que abre la boca. El resto de participantes tuvieron un planteamiento más suave conmigo, intentaron llevarme a su terreno – el del software libre – pero de manera educada. El resto de la mesa redonda sólo fue un monólogo de este señor
que no pierde oportunidad de engrosar su ego donde y ante quien haga falta.
Sobre su planteamiento de que compartir cualquier cosa a través de una red P2P no es delito, me parece que es una burrada tremenda. Una burrada que le gusta oir a mucha gente, una burrada que cuenta con una gran permisividad social, pero una burrada. Según su plantemiento, bajarte música – o lo que sea – está amparado por la ley pues en tu acción no hay ánimo de lucro. Según el diccionario Gabino Ramos que tengo en casa lucrar significa obtener una ganancia o beneficio, que es justo lo que obtienes cuando consigues algo que vale dinero sin pagar por ello.
La legalidad en el uso de las redes P2P lo marca el autor del material. Desde mi punto de vista, si usas este tipo de redes para descargarte material libre como una distro de Linux o una pelicula licenciada CC o libre no cometes ninguna ilegalidad. Si usas una red P2P para descargarte otro tipo de material para cuyo uso se exige el pago de una licencia, estás pirateando. Ni más ni menos, y parece que no soy yo sólo quien opina esto.
El planteamiendo de la SGAE es otra burrada de igual calibre que la anterior. Pagar un canon por ciertos dispositivos o soportes me parece el mayor abuso del mundo, pero estos me parecen igual de burros que el de antes. Y que haya un gobierno que haya sacado adelante una ley de este calibre no hace sino hacerlos acreedores del mismo calificativo.
Quien debe marcar los límites de su trabajo es el autor. Quien quiera dedicarse a hacer software libre que lo haga, quien quiera hacer software gratuito que lo haga, quien quiera publicar material con licencia Creative Commons pues fenomenal. Pero quien quiera hacer software de pago por licencia, música o cualquier otro material audiovisual y pida un pago por su licencia, copia o uso, para mi está en su derecho. Yo sólo pretendo desarrollar software e intentar hacer crecer mi microempresa hasta poder vivir de ello.
Resulta paradójico que algunos se llenan la boca reclamando su libertad y sus derechos sin tener en cuenta los derechos de los demás.